MI EXPERIENCIA CON SANTA MUERTE: Guía espiritual, rituales y conexión sagrada

Nunca había realizado un ritual para la Santa Muerte, hasta que un día surgió de manera natural. Tenía entre mis manos una vela de protección, de esas que adorno con intención, con cariño, con magia.
No la encendí para pedir, sino para agradecer.
No fue un acto supersticioso ni una devoción nacida del miedo: fue un ritual de agradecimiento, un gesto de respeto profundo. Una forma de decirle: “Te he llevado toda la vida en mi corazón, aunque no lo supiera.”
También fue mi manera de pedir perdón.
Por no haberla honrado antes. Por no haberme acercado por desconocimiento.
Para mí, la Santa Muerte no es un símbolo de oscuridad, sino una guía espiritual.
No le enciendo velas todos los días, ni tengo un altar consagrado, pero siempre está presente en mi vida como una presencia sagrada.
Cuando la encuentro en alguna vitrina, no paso de largo. Me detengo. La observo.
Me aseguro de que su figura esté bien representada, con dignidad.
A veces la descubro asociada a la violencia o al culto del miedo, y me pregunto:
¿Qué hace ella aquí, en medio de tratos que no le hacen justicia?
No, la Santa Muerte no es una amenaza.
Es una presencia silenciosa que acompaña los tránsitos del alma.
Una figura que nunca quiso ser temida, pero que muchos rechazan por ignorancia.
La imaginamos como una sombra que viene a llevarnos, cuando a veces simplemente está ahí: observando, esperando, sin que sea nuestro momento.
Yo la veo como una azafata cósmica:
Una acompañante entre dimensiones, que no juzga y que ofrece su brazo con elegancia cuando llega la hora de abordar.
En ese rol la percibo tan sola. Tan incomprendida.
Ella sostiene lo que todos rechazan: el fin, el cambio, la pérdida, la verdad.
Pero también guarda: el descanso, la paz, la protección energética, el cierre necesario para que algo nuevo pueda nacer.
Mi vínculo con ella no necesita devoción constante.
Se selló en ese instante en que encendí una vela únicamente por amor.
Ese fue mi primer ritual con velas, sencillo y profundo.
Desde entonces, sé que si un día quiero hablarle, ella estará ahí.
En la esquina del velo. En el umbral invisible. En su eternidad discreta.
Porque para mí, la Santa Muerte no es un fin.
Es parte del camino. Una guía espiritual que sostiene el alma cuando nadie más puede hacerlo.
Hasta el próximo vuelo cósmico!
Catalina — Artista intuitiva / Alquimista del alma / Creadora de RAGÂTMA.
Si algo de lo que conté resonó contigo, puedes hacer tu propio gesto. Enciéndele una vela (roja o blanca) , déjale una ofrenda verdadera- un shot de tequila , un cigarro, algo con peso simbólico- y háblale como si ya te conociera. Porque en realidad... ya te conoce.
Y si sientes que Ella también te ha tocado, te invito a escribirme por Instagram @ragatma.cl Estoy leyendo, Y sí : también necesito ese like, ese compartir, ese "me pasó algo con ella". Porque esta red en mi altar , y se enciende contigo.